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Calles de piedra y cascadas: el pueblo medieval español que parece sacado de un cuento

Pueblo medieval
Santa Pau.
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
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Santa Pau, en la Garrocha, es el destino ideal para una escapada rural que combina cultura, arquitectura medieval y naturaleza. A menos de dos horas de Barcelona, el municipio ofrece una variedad de atracciones únicas. El 81% de su territorio forma parte del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrocha, que destaca por sus 13 volcanes, entre ellos el Santa Margarita. Los visitantes pueden descubrir estos volcanes a pie o incluso desde un globo aerostático para disfrutar de vistas panorámicas. Además, la Fagueda de en Jordá, un hayedo situado sobre una colada de lava, ofrece un paisaje singular y es ideal para caminatas.

Santa Pau también destaca por su encanto medieval, con calles empedradas y una plaza mayor porticada, escenario de la película «El Pregón». La gastronomía local incluye platos tradicionales como las judías de Santa Pau, y  la zona es perfecta para familias, con actividades como rutas de senderismo y paseos a caballo. La Ruta 1 «Por las tierras de los barones de Santa Pau» ofrece un ascenso de 4 horas y 25 minutos desde Santa Pau, atravesando diversos paisajes de hayedos y encinares. El recorrido incluye visitas al castillo de Finestres y la ermita de Santa María, con vistas panorámicas de la Garrocha y alrededores.

Santa Pau, una joya medieval en Cataluña

Santa Pau, una joya medieval enclavada en Cataluña, se encuentra entre las sierras de San Julián del Monte y Santa María de Finestres. Este encantador municipio destaca por ser el principal referente en fenómenos volcánicos dentro del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrocha. Su entorno, famoso por ser el mejor paisaje volcánico de la Península Ibérica, incluye lugares de interés como el volcán de Santa Margarita.

Con calles estrechas y sinuosas rodeadas por murallas, Santa Pau fue declarado Conjunto Histórico-Artístico Nacional en el año 1971. El castillo de los barones de Santa Pau, situado en lo alto de una colina al pie de la Sierra de Finestres y documentado desde el siglo XIII, es testimonio de su herencia medieval. Dentro del recinto amurallado, las casas se alinean y adaptan a las irregularidades del terreno, formando un laberinto de calles con un encanto medieval muy auténtico.

En el corazón del casco antiguo se encuentra la iglesia de Santa María, una imponente estructura gótica del siglo XV construida tras la destrucción de la antigua parroquia. A dos kilómetros de Santa Pau, en dirección a Mieres, se encuentra el Santuario de la Madre de Dios de los Arcos. Fundado entre los años 866 y 877, este santuario fue la primera parroquia de la villa antes de que los terremotos destruyeran el edificio original, lo que llevó a la creación de la nueva iglesia de Santa María en el núcleo del pueblo.

Qué ver

La plaza Mayor, de forma irregular, destaca por sus galerías porticadas y por la parroquia de Santa Pau, una iglesia del siglo XV. La iglesia, con un gran campanario y una decoración austera en estilos gótico y barroco, es uno de los principales monumentos de la localidad. A poca distancia de la plaza Mayor se encuentra el castillo de Santa Pau, una fortaleza con planta rectangular, un amplio patio interior y una torre cuadrada. Esta estructura, que data de entre los siglos XIII y XVIII, perteneció a los barones de Santa Pau.

En la localidad, la iglesia de Santa María y sus callejuelas estrechas conducen al Portal del Mar, desde donde se pueden admirar los valles circundantes y las iglesias románicas que adornan la región. La gastronomía de Santa Pau también destaca, especialmente por las judías de Santa Pau, un producto con Denominación de Origen Protegida.

Un atractivo esencial de este municipio es la Ruta de las Pozas, un sendero que sigue el curso del torrente de la Terrada hasta su confluencia con el arroyo de San Martín, regresando luego al pueblo a través de una de las pozas del arroyo de los Arcos. Además, cerca del núcleo urbano, se encuentran espléndidos rincones como el Salto de Can Batlle, una cascada que se revela tras un recorrido sencillo pero espectacular.

La Garrocha

La Garrocha, situada en el norte de Gerona, se distingue por su impresionante paisaje volcánico, con cuarenta conos volcánicos y más de 20 coladas de lava. Este entorno, considerado el mejor ejemplo de vulcanismo en la Península Ibérica, ofrece una experiencia única para los amantes de la naturaleza.

Olot, la capital de La Garrocha, está rodeada por cuatro volcanes: Montsacopa, Montolivet, Garrinada y Bisaroques, de los cuales los dos primeros se pueden visitar. Esta región ofrece también múltiples actividades al aire libre y un rico patrimonio medieval. Entre los pueblos de la región, Besalú destaca con su Puente Viejo de estilo románico, y Santa Pau con su Villa Vieja Además, se pueden realizar un amplio abanico de deportes de aventura y rutas por la montaña, ya sea a pie o en caballo.

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